Tratar con correos electrónicos transaccionales que terminan en carpetas de spam puede resultar frustrante, especialmente para servicios como Outlook y Hotmail. Las estrategias eficaces incluyen configuraciones de DNS adecuadas y gestión de contenidos para mejorar la capacidad de entrega. Herramientas como SPF, DKIM y DMARC son esenciales para construir una reputación de remitente confiable.